Abuelo, ¿que es un barrio?, un barrio?… ¿de dónde sacaste eso?, nada… Santino me dijo que el padre nació en el barrio de Almagro, que es eso?, esperá, primero dejá de patear  las piedritas que vas a romper un vidrio. Qué es un barrio, ¡qué es el barrio!, menuda pregunta,  mas fácil sería explicar que NO es un barrio,  porque un conjunto de casas no es una barrio, un caserío no es un barrio, 30 casas al lado o enfrente unas de otras no es un barrio; primero cambiemos un barrio,  por  el barrio,  ese sí existió, pero hace mucho, muchos años, cuando yo era chico, porque el  barrio tenía alma, tenía corazón, tenía vida,  era como una familia grande,… Buen día doña Cata, dice mi mama si le puede prestar un poquito de yerba en esta taza, mañana cuando cobre mi papá se la devuelve…

Los barrios fueron desapareciendo de a poquito, silenciosamente, casi sin darnos cuenta, se fueron colocando rejas en las casas, cerrando las puertas, preguntando ¿quién es? desde una mirilla, los terrenos se fueron llenando de ladrillos, cal y arena, tuviste mala suerte Agustín, no conociste el barrio. Además,  donde nació el papa de Santino  se le llama barrio, pero no es el barrio, si ni siquiera se pueden ver las estrellas de noche, las tapan las luces de las calles, los gases de los caños de escape de los autos, la gente camina mirando el celular, no mira para arriba. Los vecinos ni se saludan.

Barrio era el mío, el de Carlitos, de doña Cata, de Roberto,  el bombero que cuando tiraban la bomba iba corriendo porque no tenía ni bicicleta, pero un corazón más grande que tu Tablet.

Abuelo, ¿como que tiraban una bomba?, – en esa época no había sirena – tiraban tres bombas de estruendo para llamar a los bomberos.

Bueno, contame cómo era tu barrio, que hacían.

Mi  barrio era mi vida y hacíamos de todo, por ejemplo,  no jugábamos al fútbol, jugábamos a la pelota en el baldío que estaba en la esquina de mi casa, la palabra terreno vino mucho después, tal vez en alguna escritura de la época figure, pero para nosotros era el baldío o el sitio.

Cuando era mas chico, nos juntábamos en la esquina después de tomar la leche, allí planificábamos las actividades a desarrollar: dar vueltas manzanas en bici, hasta que una vieja descorazonada ponía una silla en la vereda para cortarnos el paso, jugar a la pelota era cosa de casi todos los días, te aclaro que mi barrio tenia calles de tierra, de manera que entre la vereda y la calle se interponía una zanja no muy honda por donde corría el agua, linda se ponía cuando llovía, en esas ocasiones pescábamos ranas con un palito  al que le atábamos un hilo en cuyo extremo enganchábamos un pedacito de género color rojo – ¿un pedacito de que? – de tela Agustin!, antes se le decía género, bueno… lo mismo, el hecho es que la rana boba, mordía el ge… la tela y se lo tragaba, entonces tirabas y quedaba atrapada. Se la vendíamos al papá del cholo, que le gustaba pescar.

Cuando la zanja estaba seca por falta de lluvia, pegábamos con un chicle, una moneda de cinco a un hilo por lo general blanco, que ensuciábamos con tierra para que no se notara en la alcantarilla… después te digo que es una alcantarilla, cuando veíamos que iba a pasar una persona mayor, uno de nosotros se escondía debajo de ella, y tiraba del hilo en el momento que la iba a agarrar; algunos se enojaban,  otros se reían y otros se quedaban con la moneda.

No te voy a contar mas cosas que hacíamos, sería muy aburrido y no es la idea de esta charla,  además acá no hay veredas ni alcantarillas, sí Agustín, las alcantarillas eran como puentecitos por lo general de cemento, otros de madera, que permitían que las personas cruzaran de la vereda a la calle.y viceversa.

Vos no podés tener tu barrio, porque las cosas cambiaron, la vida cambió, el mundo  cambió, nosotros podíamos estar en la esquina porque mi mamá estaba en mi casa y cada tanto espiaba que hacíamos, donde estábamos, la mamá de Carlitos también, la del Cholo, doña Cata, el policía… todos nos cuidaban. Vos vas a la escuela a la mañana igual que nosotros, pero a la tarde,  vas a la casa de tu abuela, porque tu mamá trabaja, lo mismo que la mayoría de tus amicompañeros, si no es la casa de la abuela, es la de la tía, o el club de 5 a 7 a futbol con chicos a los que verás dentro de 3 días porque vas los Lunes y Jueves y por lo general no son los mismos de la escuela. No está mal Agustín, suerte que tienen abuela, tias y clubes, pero no es lo mismo.

Que querés decir con amicompañeros?

Cuantos amigos tenés – eh abuelo si vos sabés…Facundo, Santino, bueno y otros, – y de que hablan?… eh abuelo… en el recreo no se puede, corremos, jugamos, a veces chateamos.

Ahí tenés,  son más compañeros que amigos.

Bueno cortamos esta charla acá, te gané por un barrio a cero.

Este viaje en el tiempo me trajo los recuerdos más lindos de mi vida, mi abuela, el parque, los bailes, el flaco, Susanita, la bici…

Parafraseando a Pichuco Troilo te digo esos  versos fantásticos con la misma emoción…

Mi barrio era así, así, así.

Es decir qué se yo si era así?

Pero yo me lo acuerdo así!,

Con el cholito , el carbuña de la esquina,

Que tenía las hornallas llenas de hollín,

Y que jugó siempre de «jas» izquierdo al lado mío,

Siempre, siempre,

Tal vez pa’estar más cerca de mi corazón!

 

Alguien dijo una vez

Que yo me fui de mi barrio,

Cuando? …pero cuando?

Si siempre estoy llegando!

Y si una vez me olvidé,

Las estrellas de la esquina de la casa de mi vieja

Titilando como si fueran manos amigas,

Me dijeron: negro, negro,  quedáte aquí,

Quedáte aquí.

NOCTURNO A MI BARRIO

 

PEDRO ARIGONI