Hace tiempo que te noto que estás triste,

mujercita juguetona, pizpireta:

has cambiado, ya no eres tan coqueta

cual las flores primorosas de un altar…

¿Qué te pasa? ¿Desengaños que has sufrido?

¿Las espinas de una rosa te han herido?

¿O el amor que un ingrato te ha fingido?

¿O un vacío imposible de llenar?

 

Yo también vivo triste desde un día

en qué cosas de la vida me pasaron

y un surco de recuerdos me dejaron

y un dolor imposible de ocultar…

Yo te amaba y me amabas tiernamente,

mas las fuerzas del destino se opusieron

y desde entonces nuestras almas tuvieron

un vacío imposible de llenar.

 

¡Tus encantos, tus sonrisas tan amables!…

¡EI perfume que exhalaban tus violetas!… !

Y tus bucles y tus ojos, que princesas

anhelantes te quisieran imitar!

Mas la vida tiene abismos insondables…

Hay caminos del destino intransitables…

Hay recuerdos de amor inolvidables…

¡Y hay vacíos imposibles de llenar!

Alfonso Lacueva – Ricardo Brignolo