El Marabú fue uno de los templos del tango donde debuto Aníbal Troilo allá por el año 1938.

Su amigo el poeta,  José Maria Contursi , era habitué de ese reducto, donde fue testigo de un drama pasional que el supo usar para construir la letra del tango que el bautizo con el nombre de esta nota.

Tiempo antes, su amigo Pedro Laurenz le había dado la composición de una hermosa melodía para que el le ponga los versos.

La historia que el conoció en el Marabu sobre el romance de un mozo y una coopera fue la base para poner letra a este tema que si bien en su comienzo fue intrascendente, con los años fue un suceso en la voz de Floreal Ruiz con el acompañamiento de José Basso, y desde hace algunos años tema central en las actuaciones de la interprete Adriana Varela.

Paso a explicar…

El Poeta Contursi, relataba que en oportunidad que el Cabaret Marabú solicitaba chicas para el trabajo de cooperas, entre las tantas postulantes se presento una noche una joven de una belleza singular, que venia de la ciudad de Córdoba a buscar trabajo en Buenos Aires. Joven y bonita fueron sus credenciales para ser inmediatamente tomada por el responsable del lugar.

Al tiempo entabla amistad con uno de los mozos, cordobés como ella, y esa amistad fue creciendo y al tiempo se convirtieron en novios.

Se habían juramentado seguir trabajando un par de años en el lugar, juntar algún dinero y  casarse, tener hijos y envejecer juntos. Eran dos buenas personas, queridas por sus compañeros de la noche.

Pero un día…la cosa cambio abruptamente.

Llego a Cabaret un hombre acompañado por otras dos personas quien sin mediar palabras agarro a la moza de los pelos y arrastrándola intento llevarla para afuera. Por supuesto la reacción de todos sus compañeros fue unánime…

Pero el hombre tenia una carta muy pesada para justificar su actitud ; sacó de su saco una libreta de casamiento y fue un argumento de mucho peso para evitar que se la llevara.

Era su esposa, y el venia a rescatarla, de ese antro de perdición…

Lo cierto es que todos se quedaron mascando rabia, pero así era la cosa.

El novio quedo emocionalmente destruido, sus compañeros no sabían que hacer para consolarlo tantos proyectos y al fin todo se había acabado…

Fue pasando el tiempo , un año , dos años, y la herida en el corazón del mozo no había cicatrizado, por lo que sus camaradas creyendo hacerle un bien lo estimularon a que la vaya a buscar.

Después de meditarlo profundamente, aprovecho la semana de vacaciones que le debían, saco un pasaje en tren y allá se marcho al rescate de su amor…

Por comentarios que ella le había dicho en el pasado, no le costo mucho ubicar el almacén de ramos generales donde ella atendía en un barrio a las afueras de la ciudad de Córdoba.

Cuando entró al boliche, la vio detrás del mostrador atendiendo a una cliente.

No podía dar crédito a lo que veía…

Apenas dos años habían transcurrido de la separación tan traumática,  y el paso del tiempo obro negativamente en el físico de la mujer. Gorda, desaliñada, sin dientes, con la mirada obnubilada, era quien tenia a su frente.

Todas sus esperanzas se hicieron trizas, sus ojos se llenaron de lagrimas y dándose media vuelta se fue con su corazón destrozado.

 

José Maria Contursi cuando escucho entre sollozos de labios del frustrado enamorado este relato, construyo estos hermosos versos…