Quien era «Milonguita»
En el Olimpo de mujeres que se eternizaron en las letras de tango (sean reales o no) aquella «Milonguita» ocupa un lugar central.

Tango de Samuel Linnig y Enrique Delfino fue estrenado por María Esther Podestá en el sainete «Delikatessen Haus» de Linning y Weissbach. La versión de la Podestá pasó sin pena ni gloria pero la de Carlos Gardel le dio categoría de éxito y clásico.

Aquella letra que comienza diciendo:
¿Te acordás, Milonguita? Vos eras
la pebeta más linda ‘e Chiclana;
la pollera cortona y las trenzas,
y en las trenzas un beso de sol…

Nos hace pensar en una linda muchacha, posiblemente de la que no se si uno se enamoraría pero si que le despertaría un gran cariño.

Y la pregunta es ¿quién era Milonguita? Aquella piba ‘e Chiclana. Bueno hay algunas historias. Quizás ninguna cierta, quizás la suma de todas tengan algo de verdad, o simplemente, como ocurre en tantos casos, si no existió es importante inventarla.

Veamos:
Según los testimonios recogidos por José Barcia hubo uno, el del doctor Miguel Pisano, quien le comentó que Milonguita fue una chica llamada Esther o María Esther Torres, que por los días en que apareció el tango vivía, efectivamente, en la calle Chiclana.

Estas averiguaciones echas por José Barcia motivaron a Ricardo Martín Llanes quien envió a la Academia Porteña de Lunfardo una comunicación en la que aseguraba lo siguiente: En 1922 o 1923, no hay exactitud del año, un señor de apellido Pereyra le comentó que había conocido a la protagonista del tango. La muchacha en cuestión vivía en Chiclana y 24 de noviembre. En el año 1966 Llanes (sospecho es el año en que se cruzó con Pereyra) se dirigió a esa esquina. Allí una vecina le comentó que efectivamente allí había vivido María Esther Dalton, que fue la protagonista del tango y que había fallecido en esa casa, Chiclana 3148.

Ese mismo año de 1966 llega a la Academia Porteña de Lunfardo otra comunicación, esta vez a través de Juan Carlos Etcheverrigaray. En ella afirmaba que la chica se llamaba María Esther Dalto y no Dalton y que había fallecido el 10 de diciembre de 1920 (año del estreno del tango). La muerte se había producido por una meningitis y María Esther tenía, apenas, quince años.

No se si me convencen los quince años de esa chica cuando pienso en la letra. Habría comenzado a pensar con esa edad en cosas como
Y en aquellas noches de verano,
¿Qué soñaba tu almita, mujer,
al oír en la esquina algún tango
chamuyarte bajito de amor?

Tengo mis dudas, y más cuando el poeta le recuerda que:
Milonguita,
los hombres te han hecho mal;
y hoy darías toda tu alma
por vestirte de percal.

Claro que siempre queda la excusa de la licencia poética y todo eso, pero si la muchacha se murió a los quince, bueno, ¡qué adolescencia ajetreada tuvo! Pero sigamos.

Francisco García Jiménez, que no puede estar ausente de las historias, publicaba en «La Prensa» del 27 de agosto de 1972 una nota que refería los datos que acabamos de comentar. Esta nota provocó la protesta de un señor, Guillermo Durante, que se manifestaba amigo de la infancia de aquella desdichada chica. No aclara los motivos del enojo del Sr. Durante.

Pero a pesar de todas estas notas, informaciones y especulaciones me inclino a pensar como José Gobello, quien sospecha que en realidad lo que sucedió es que a consecuencia de la popularidad del tango algunos comenzaron a bromear con el hecho que, casual o curiosamente, en la calle Chiclana vivía una Esthercita.
Para ir terminando una última nota aparecida en 1993 en La Nación informa:

«Ni María Esther Dalton ni María Esther Torres fueron «Milonguita». ¿La verdadera? Esther Kerzberg, compañera de juegos de Samuel Linnig cuando ambos eran niños. Esther Kerzberg murió en plena madurez. Su tumba está en el cementerio judío de Avellaneda»

¿Cuál es la verdadera Esthercita? Para mi simplemente la del tango.

Carlos Hugo Burgstaller

MILONGUITA – OSVALDO FRESEDO – HUGO MARCEL – (E. DELFINO – S. LINNING)