En esas décadas de oro del tango, como desde hace tiempo ocurre con el rock y más cerca con las cumbias, en todos los barrios, en los pueblos, había cantores y orquestas locales, que con la ilusión de emular a los consagrados, actuaban en los clubes de barrio, para los amigos, en reuniones familiares. Cuantos de ellos, que no llegaron por distintas causas, hubieran sido ídolos, con solo haber tenido una sola oportunidad de tocar el timbre apropiado.

En Parque Chacabuco allá por los años 40, había una familia que estaba en estos menesteres, Los Aiello, papa Carmelo era bandoneonista y compositor, fue autor de la famosa polea “El viejito del acordeón”, y algunos temas mas que pasaron sin pena ni gloria, aunque algunos fueron grabados por D’Arienzo , y tenía una orquesta; un hijo el mayor de nombre Oscar, se le dio por el piano e integraba la orquesta de su padre; y el menor Rodolfo, a los 12 años y con el nombre de Rodolfo Alberti ya cantaba también en la orquesta de su padre haciendolo a duo con Guillermo Coral que más adelante sería cantor de Canaro y más conocido como Guillermo Rico, integrante de aquel famoso grupo que se llamo los cinco grandes del buen humor.

A partir de 1945, el trabajo de la orquesta empieza a mermar y al final se desintegra, y Rodolfo no puede seguir cantando porque tiene 15 años, es menor, con el padre era una cosa, pero ahora no va.

Unos amigos le consiguen una changa de chofer de taxi a pesar de la edad y de no tener registro, luego llega el servicio militar y cuando regresa, vuelve al taxi. Una noche sube al tacho, como pasajero el maestro Héctor Varela, ese era el tren que no debia dejar pasar, ahí nomas mientras manejaba le cantó un tango, al maestro le gustó, lo invitó a un ensayo y quedó, debutando en el Chantecler al lado de un consagrado, Armando Laborde.

A Varela no le gustaba ni el nombre Rodolfo Alberti ni Rodolfo Aiello, ete aquí que al pasar por la plaza Lezica en el barrio de  Caballito, lo bautizó con ese nombre reemplazando la Z por la S. ahora era Rodolfo Lezica.

Que te puedo contar, desde ese momento toda la trayectoria del Rolo Lesica fue una sucesiòn de éxitos, en el 52 le agarró un ataque de amor, dejó la orquesta y se fue a Río de Janeiro con una señorita, volvió al poco tiempo, y por intermediación de amigos comunes, volvió con Varela

Y TODAVIA TE QUIERO – H. VARELA – R. LESICA ( A. AZNAR – L. LEOCATA )