Cacho…

escuchando a Dolina hablar de tangos

recordé tus letras y tus cuentos.

No dejes de tramar tus fantasías,

la nostalgia tanguera tiene un ritmo

que nos hace bailar la humedad porteña

mientras cae la nieve en primavera.

 

¡Dale! ¡No te quedes!

creá tus personajes en dos por cuatro,

hablá de musetas y de mimís,

de esquinas rosadas y calles empedradas,

Así soñamos todos…

Que es cierto que Dios habita en Buenos Aires

que Gardel canta mejor

y que Borges

desde un laberinto de nubes, soñando espejos,

describe a feroces malevos

que miran despiadados a Piazzola

y se tocan el sombrero ante Discépolo.

 

Un farol, un hombre, una mina, el burdel,

el humo, el pernot, madreselvas en el patio

y un bulín mistongo refugiando a los amantes.

¡Dale Cacho! No te quedes…

¡El Sur está tan lejos!

recordanos el agridulce sabor de la nostalgia

y ese olor a tango… ese olor a tango

que nos llega desde el puerto.

 

Ana María Manceda

QUE TANGO HAY QUE CANTAR – CACHO CASTAÑA